18 de noviembre de 2005

Gato por Liebre o la impune venta de ilusiones


Nadie puede discutir el valor que tiene la preocupación de los distintos sectores políticos de dar a conocer a la opinión pública su visión del país que esperan construir. Pero es necesario que esa visión se ajuste a la realidad y que no se disfrace la improvisación con supuestos estudios sesudos que se desbaratan al mínimo rigor

Por Juan Olivares M.
Periodista / Lic. en Comunicación Social

Se instalan en un púlpito desde donde pontifican sobre esto y aquello. Sacan sus estudios estadísticos de factura millonaria, básicamente porque tienen el dinero, las ganas y el tiempo para hacerlos.

No dicen nada nuevo, pero emboban a sus bobos receptores con números, frases hechas y una pose intelectual que les queda grande. Y rematan enjuagando las tripas del público con los vinos que sobraron de la última cosecha en alguno de los fundos que de seguro también les sobran.
En este punto del evento y para no ser tan distantes se mezclan con los Pérez, González y Olivares que han sido invitados.

Así son las charlas que organizan estos señores de la extrema derecha para enseñarnos lo que ellos piensan y para colmo ni siquiera están bien informados. Porque legítimo sería reconocer el mérito de alguien que se preocupa por informar a la ciudadanía sobre realidades de interés público que no han sido debatidas, analizadas o comentadas en toda su dimensión.

Edmundo Eluchans, la apuesta de la UDI en el distrito 15 para las elecciones parlamentarias de diciembre ha disfrazado su lejanía con la realidad de la zona organizando estos encuentros donde los "mateos" del Instituto Libertad vociferan con los datos sacados de internet y de una que otra encuesta elaborada por ellos mismos. Todo esto absolutamente legítimo.

Y no se trata de reacciones chovinistas que pretendan utilizar el argumento futil de expulsar a los foráneos que quieran defender los intereses del terruño. No.

Porque no interesa aquí discutir las capacidades del señor candidato en comento, que de seguro las tiene.

Lo que nos debiera cuando menos inquietar es que existe la posibilidad real de "comprarse" un escaño en el parlamento. De instalar una campaña multimillonaria y vender ilusiones generando falsas expectativas.

Hay que estar atentos porque en un mundo globalizado no hay nada tan peligroso como la desinformación y luego de haber asistido a la última charla que la UDI organizó para dar cátedra sobre el Sistema Portuario me surgieron estas inquietudes.

No porque piense que la idea es mala, sino porque asusta la pleitesía con la que actúan algunos líderes de opinión locales embelesados por la parafernalia de quienes ni siquiera saben -de verdad- como se llama el principal Paseo Peatonal que adorna nuestra ciudad o se confunden -también de verdad- en la denominación de los sectores proyectados para la expansión portuaria.

Y estamos obligados a exigir más rigurosidad cuando se nos quiere hacer pasar gato por liebre, ya que no basta que se nos diga que este señor estudió en Estados Unidos o que es economista de no sé donde. Razón sufieciente para estar atentos a la siguiente charla que hablará del desempleo y que está programada, desde luego, para antes del 11 de diciembre.

Una vez más la sabiduría popular nos da la razón: "Con plata se compran huevos".
Ojalá que no se compren también cupos en el parlamento, de lo contrario Dios nos libre de la Oligarquía.

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