5 de diciembre de 2005

LA RECTA FINAL


Es evidente que como corolario del proceso que está a horas de finalizar asoma una preocupante falta en materia de ingenio e inversión de recursos. Y es que las elecciones parlamentarias del distrito 15, asoman tan inciertas como el clásico St. Leger. Es probable también aquí que algún “Felíz de la Vida” que no figura en los sondeos arremeta en los metros finales y desplace a algunos de los caballos fijos. ¿Quién sabe?

por Juan Olivares Meza
Periodista / Lic. En Comunicación Social

Cuando todas las miradas se centraban en el destacado jinete nacional José Santos, en su retorno a una prueba local luego de brillar en Estados Unidos, fue Anyelo Rivera y su "Feliz de la vida" quien se quedó con los honores sobre la arena del Hipódromo Chile, al adjudicarse el clásico St. Leger.

El caballo de Rivera realizó una gran carrera sobre los 2.200 metros de pista, y tras partir desde el último puesto supo manejar los tiempos para dar el gran golpe sobre la recta final.
Hasta ahí la noticia.

Viene ahora la analogía inevitable con los cierres de campaña que se sucederán esta semana, tanto a nivel de elecciones presidenciales como de parlamentarias.
Y cuando faltan pocos metros para llegar a la meta instalada en los locales de votación para este domingo 11 de diciembre uno ya puede revisar el camino recorrido.

En lo que respecta a las elecciones presidenciales todo indica que Michelle Bachelet debiera ser la próxima presidenta de Chile, en primera o segunda vuelta. Para sus asesores de campaña queda la responsabilidad de revisar el error garrafal que significó hasta hace unos días haberse desmarcado del presidente Ricardo Lagos; instalado a estas alturas en un pedestal de mármol hasta por sus más fieros detractores.

Y lo que para la carta presidencial de la Concertación fue una falla, para Sebastián Piñera fue un acierto. Claro porque fue el empresario el que reconoció los méritos de la actual administración y sentó sobre los hombros del presidente Lagos su plataforma para impulsar las tareas pendientes.

Todo esto mientras el eterno candidato de la extrema derecha, Joaquín Lavín, experimenta una lenta pero segura caída libre.

De Tomás Hirsch se puede decir que quien está seguro que no va a ganar puede arriesgarse más. Y el humanista lo ha hecho.

Las elecciones parlamentarias son otro tema. Está el caso de las senatoriales donde tanto la Concertación como la Derecha tienen mucho en juego.

Y están las elecciones parlamentarias que en el caso del distrito 15, objeto de nuestra preocupación, asoman tan inciertas como el clásico St. Leger. Es probable también aquí que algún “Felíz de la Vida” que no figura en los sondeos arremeta en los metros finales y desplace a algunos de los caballos fijos. ¿Quién sabe?

También es evidente que como corolario del proceso que está a horas de finalizar asoma una preocupante falta en materia de ingenio e inversión de recursos, puesto que las famosas “palomitas”, solo demuestran el poder adquisitivo de sus autores y difícilmente convencerán a nadie, menos a aquellos a quienes se trata de llegar con un mensaje solidario sin contundencia.

Claro que al final de cuentas deberá ser la propia ciudadanía la que repudie en las urnas tanto derroche demostrando, con su voto, que hemos aprendido la lección.

Porque la próxima semana si al revisar los resultados notamos que la suma de votos es proporcional a la suma del gasto en campaña habremos confirmado las consecuencias nefastas de un sistema que hace posible comprar escaños en el parlamento.

**Publicado en www.marabierto.cl

28 de noviembre de 2005

¿DOS CHILES O EL LADO B DE LOS JAGUARES?*

Los hechos son del color del cristal con que se mira, decimos los periodistas para referirnos a la multiplicidad de interpretaciones que puede tener la realidad susceptible de ser informada, pero a la luz de los últimos acontecimientos uno puede argumentar con plena certeza que los hechos son sencillamente del color que la realidad –por cruda que sea- les otorga. Así de simple.

Por Juan Olivares M.
Periodista / Lic. en Comunicación Social

Pasadas las dos de la tarde del domingo una barcaza con capacidad para 18 personas naufragó con 33 ocupantes en el Lago Maihue en la X Región. Sin detenernos demasiado en el carácter informativo de la noticia que a estas alturas ya ha sido ampliamente difundida vale la pena reflexionar sobre algunos elementos presentes en este hecho y que dan cuenta de una realidad que ocasionalmente golpea nuestros sentidos.

Se trata de esa realidad que habla de una sociedad postergada del modernismo que tanto aporta a inflar el ego nacional con cifras macroeconómicas de saldo positivo. Es esa sombra que llega hasta nuestras portadas o pantallas de televisión plagada de dolor marginal, como las víctimas de Alto Hospicio, los niños de la Caleta Chuck Norris, o en este caso los niños que murieron porque la falta de fiscalización les impidió navegar en una barcaza que cumpliera con las mínimas normas de seguridad.

Y justo cuando se anuncian las penas del infierno para quienes, a partir de hoy desde luego, se atrevan a poner en riesgo la vida de las personas navegando en verdaderas artesas por los lagos más australes del mundo; un puñado de madres, hermanos y abuelas observa con los ojos llenos de lágrimas el lago cruel que no devuelve los cuerpos.

¿No tenían estos niños derecho a una educación digna? Cuando dignidad significa precisamente lo contrario al viaje fatal que iniciaron el domingo en la tarde. Ya está en el lugar de la tragedia el Ministro de Educación, porque precisamente los principales ocupantes de la nave siniestrada eran estudiantes.

Un viaje obligado y miserable que terminó con sus jóvenes vidas. Ahí está también el hermano de Jeanete, la joven que cursaba Cuarto Medio y cuyo cuerpo no parece. Con una inocencia que da rabia el muchacho sube a un bote y pretende rastrear el lago hasta encontrarla.

Los hechos son del color del cristal con que se mira, decimos los periodistas para referirnos a la multiplicidad de interpretaciones que puede tener la realidad susceptible de ser informada, pero a la luz de los últimos acontecimientos uno puede argumentar con plena certeza que los hechos son sencillamente del color que la realidad –por cruda que sea- les otorga. Así de simple.

Entonces, ¿Dónde estaban las políticas públicas para garantizar la seguridad de estos alumnos? No estaban, y siguen no estando porque cuando esta realidad nos toca la puerta volvemos de golpe al Lado B de ese Chile ajeno a los mega tratados comerciales. Tiene uno que salirse del mall y recorrer las bastas zonas rurales que todos los días viven una cotidianeidad alejada de los comerciales y del discurso político, para entender lo que pasa más allá de esta realidad mediática que nos agobia.

Urge revisar, repasar y exigir la responsabilidad que al Estado le compete en materia de Educación. No sólo de impartir educación sino también que se pueda acceder a ella en condiciones de mínima seguridad.

Porque sabemos también que la diversidad geográfica de nuestro país obliga a considerar esas garantías. No más niñas cruzando canales en balsa para llegar al colegio. No más niños caminantes por senderos barrosos y oscuros para aprender a leer.

No más barcazas del terror, cargadas de muerte y mutilando los sueños de gente modesta.

Es hora, señoras y señores, de prestar más atención a ese otro Chile y reflexionar más sobre el Lado B de los jaguares; donde la desigualdad es tan espantosa como las noticias de las últimas horas.

*Publicado en www.marabierto.cl

18 de noviembre de 2005

Gato por Liebre o la impune venta de ilusiones


Nadie puede discutir el valor que tiene la preocupación de los distintos sectores políticos de dar a conocer a la opinión pública su visión del país que esperan construir. Pero es necesario que esa visión se ajuste a la realidad y que no se disfrace la improvisación con supuestos estudios sesudos que se desbaratan al mínimo rigor

Por Juan Olivares M.
Periodista / Lic. en Comunicación Social

Se instalan en un púlpito desde donde pontifican sobre esto y aquello. Sacan sus estudios estadísticos de factura millonaria, básicamente porque tienen el dinero, las ganas y el tiempo para hacerlos.

No dicen nada nuevo, pero emboban a sus bobos receptores con números, frases hechas y una pose intelectual que les queda grande. Y rematan enjuagando las tripas del público con los vinos que sobraron de la última cosecha en alguno de los fundos que de seguro también les sobran.
En este punto del evento y para no ser tan distantes se mezclan con los Pérez, González y Olivares que han sido invitados.

Así son las charlas que organizan estos señores de la extrema derecha para enseñarnos lo que ellos piensan y para colmo ni siquiera están bien informados. Porque legítimo sería reconocer el mérito de alguien que se preocupa por informar a la ciudadanía sobre realidades de interés público que no han sido debatidas, analizadas o comentadas en toda su dimensión.

Edmundo Eluchans, la apuesta de la UDI en el distrito 15 para las elecciones parlamentarias de diciembre ha disfrazado su lejanía con la realidad de la zona organizando estos encuentros donde los "mateos" del Instituto Libertad vociferan con los datos sacados de internet y de una que otra encuesta elaborada por ellos mismos. Todo esto absolutamente legítimo.

Y no se trata de reacciones chovinistas que pretendan utilizar el argumento futil de expulsar a los foráneos que quieran defender los intereses del terruño. No.

Porque no interesa aquí discutir las capacidades del señor candidato en comento, que de seguro las tiene.

Lo que nos debiera cuando menos inquietar es que existe la posibilidad real de "comprarse" un escaño en el parlamento. De instalar una campaña multimillonaria y vender ilusiones generando falsas expectativas.

Hay que estar atentos porque en un mundo globalizado no hay nada tan peligroso como la desinformación y luego de haber asistido a la última charla que la UDI organizó para dar cátedra sobre el Sistema Portuario me surgieron estas inquietudes.

No porque piense que la idea es mala, sino porque asusta la pleitesía con la que actúan algunos líderes de opinión locales embelesados por la parafernalia de quienes ni siquiera saben -de verdad- como se llama el principal Paseo Peatonal que adorna nuestra ciudad o se confunden -también de verdad- en la denominación de los sectores proyectados para la expansión portuaria.

Y estamos obligados a exigir más rigurosidad cuando se nos quiere hacer pasar gato por liebre, ya que no basta que se nos diga que este señor estudió en Estados Unidos o que es economista de no sé donde. Razón sufieciente para estar atentos a la siguiente charla que hablará del desempleo y que está programada, desde luego, para antes del 11 de diciembre.

Una vez más la sabiduría popular nos da la razón: "Con plata se compran huevos".
Ojalá que no se compren también cupos en el parlamento, de lo contrario Dios nos libre de la Oligarquía.

15 de noviembre de 2005

¡¡Votos¡¡ ¡¡Votos!! ¡¡Votos!!

Según los especialistas en marketing la Publicidad es entendida como la “divulgación de noticias o anuncios de carácter comercial para atraer a posibles compradores, espectadores o usuarios de un producto” y la Propaganda es lo mismo pero circunscrito a personas, ideas o instituciones; por eso se habla de “Propaganda Política” y no de “Publicidad Política”. Pero a la luz de la actual campaña ¿Cuál es la diferencia?

Por Juan Olivares M.
Periodista / Lic. En Comunicación Social

Ya. Se inició la campaña política y aunque sea por inercia uno se ve enfrentado a los “mensajes” que cada uno de los candidatos -a través de sus cerebros comunicacionales- ha preparado para convencer al electorado.
No se necesita mucho para enterarse de quienes están en competencia, pero si se necesita algo más que una gigantografía, un jingle pegajoso, o una frase para el bronce, para saber qué realmente piensan los aspirantes al parlamento sobre ciertos temas que debieran cuando menos ser de interés público.
Aquí otra vez debiéramos estancarnos en la eterna crítica al sistema, a los gastos electorales, al sistema binominal y al deseo permanente de que sean las proporciones las que lleven a estos personajes al parlamento y no los designios de una u otra colectividad política.
Claro que entendiendo que las reglas del juego son estas y no las de acullá vale la pena preguntarse:
¿Cuánto influye el gasto de cada campaña en la decisión final de los electores?
¿Es la presencia mediática de los candidatos un elemento fundamental en los resultados de los comicios?
Sobre la primera pregunta que surge sobre este proceso la tendencia ha demostrado que el electorado reconoce en los candidatos que más gastan una solvencia económica valorada como atributo positivo, en tanto alguien con dinero no necesita “arreglarse”. Argumento inverosímil desde una perspectiva científica, pero presente en el electorado desde la óptica social.
Así pues, uno puede concluir que con las actuales reglas del juego es perfectamente posible “comprarse” un escaño en el parlamento por la vía de una campaña millonaria que permita levantar una candidatura como si se tratara de un producto nuevo que entra al mercado. Pruebas de esto hay por montones, aún cuando como contrapartida se argumente que en Chile el gasto electoral está regulado puesto que ya la elección municipal mostró las fallas de la legislación en esta materia.
Todos gastan lo que más pueden gastar e incluso los que no gastan tratan de convertir esa debilidad en una fortaleza, diferenciándose del resto precisamente por esa vía.
Respecto a cuánto influye en la decisión final de los electores la presencia de los candidatos en los medios de comunicación la respuesta es mucho más compleja, pero un tanto parecida al planteamiento anterior.
Porque lo primero que hay que decir es que las campañas políticas han sido estructuradas de forma tal que los candidatos han sido convertidos en productos y los electores en consumidores.
Desde esa línea argumental los spots que vemos en televisión, los jingles radiales y la papelería que circula en plazas y calles perfectamente podría estar promocionando una gaseosa, un jabón, un detergente o un automóvil.
Y la tendencia es transversal desde las candidaturas a concejal hasta la presidencia de la república, ya que los candidatos estrenan sus mejores sonrisas, se fotografían en lugares comunes y lanzan frases para el bronce sin que haya una diferencia sustantiva entre la extrema izquierda y la extrema derecha, aún cuando las diferencias existen y son considerables.
Entonces entendiendo el candidato como un producto uno puede llegar a pensar que la presencia de este producto en la mente, en el short-list (como plantean los expertos en marketing para referirse a los productos más presentes en la memoria de los consumidores) de los electores efectivamente la presencia mediática debiera traducirse en votos.
Claro que el gasto electoral y la presencia mediática de los candidatos pueden asegurar un cargo sólo en la medida que estos elementos no sean la columna vertebral de una campaña y que así lo entienda el electorado.
Lamentablemente tal como están planteadas las campañas políticas cada vez es más difícil para los ciudadanos diferenciar entre una y otra cosa. Las reglas del juego así definidas han borrado los límites de la publicidad y la propaganda.

14 de noviembre de 2005

PRENSA Y PODER: UNA MIRADA REGIONAL AL EJERCICIO DEL PERIODISMO DESDE UNA PERSPECTIVA "SEUDO INDEPENDIENTE"

(**Esta opinión fue presentada en el Seminario Internacional de Periodismo que en junio de este año organizó la ONG Reencuentro)

Eróticas, parasitarias y venenosas se han perfilado tradicionalmente las relaciones entre prensa y poder en los países más libres. Entre ella y él se producen miradas lascivas, tocamientos peligrosos, ejercicios de seducción, en fin. Pero, a la larga, si las dos partes cumplen decentemente con su tarea, resultan como medias naranjas incompatibles, como amantes efímeros que no tardan en romper con estruendo la vajilla. El romance no culmina en matrimonio. La prensa libre y el poder se rechazan”
Rafael Otano

Por Juan Olivares Meza
Periodista-Licenciado en Comunicación Social

Consideraciones Generales

Es alta la tentación de referirse apenas superficialmente a un tema rodeado de los oscuros bosques que tejen la desinformación, las amenazas de cesantía, la mediocridad, y la ausencia de auspicios, que tanto daño le hacen al ejercicio digno de esta profesión que hemos abrazado.
Pero más grande es la tentación que provoca develar, o apenas generar un atisbo de las desconocidas ramificaciones que el poder (tanto el económico como el político) ha sembrado sobre los modestos campos de la información en San Antonio.

La sociedad en que vivimos

Con el explosivo desarrollo tecnológico del último siglo hoy tenemos a nuestra disposición los diarios, la radio, la televisión, e internet; ya sea en la casa, la oficina o en el celular.
No nos basta con sólo ver televisión, sino que también nos vemos en la obligación de visitar páginas web para ahondar y saber más acerca de qué está pasando y que vendrá en la telenovela favorita, el avance de las noticias o el eliminado del reallity de moda.
Así, el denominado cuarto poder se ha transformado en un conjunto de medios (y entes encargados de estos medios) a priori identificables, pero nada controlables.
El único control posible lo podría ejercer el receptor de todos estos mensajes y en sociedades como la nuestra, sumisa, pacata, el feedback es decir la retroalimentación hacia los medios tiende siempre a cero. Solo resta entonces, confiar en la veracidad y honestidad de estos entes comunicativos que nos rodean.
Pero, precisamente en este punto comienzan los problemas. Porque ante semejante escenario, ¿Puede el ciudadano común y corriente solamente confiar en la veracidad y honestidad de los medios?
Uno se siente tentado a contestar que si, aunque la respuesta es un poco más compleja.
Y para referirme a esta compleja relación de los medios con la sociedad es necesario detenerse en el argumento de *Rafael Otano; Periodista de la Universidad Católica, que actualmente ejerce como profesor de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile y además es autor del libro Crónica de la Transición, quien en uno de sus artículos se refiere a este tema.

*Prensa y poder

Y es que el poder político también ha entrado en este baile de complicidades. En la medida en que los planteamientos de los distintos partidos se han desdibujado y sus diferencias se han minimizado, las campañas electorales o las iniciativas legales son ante todo operaciones publicitarias. En consecuencia, se vende el alma por un minuto en un prime time de televisión, por una entrevista en el cuerpo D de El Mercurio, por una imagen positiva en la portada de alguna revista.
Los programas políticos han sido sustituidos, en buena parte, por el marketing de las personas y los medios son considerados como la pasarela donde los hombres públicos muestran sus atributos más atrayentes. Es más: para los políticos, cazados en esta trampa, resulta muy riesgoso enemistarse con los propietarios de los medios. Tendrán la tentación de mostrar hacia ellos –sobre todo hacia los más poderosos– cierta obsecuencia.
La política, en esta continua efervescencia mediática, se banaliza.
Esa banalización domina otros temas y ámbitos. La televisión y la radio se convierten, en gran parte, en entertainment. Así se evitan los roces y todos – moros y cristianos– pueden conversar sin mayor acritud sobre deportes, escotes y boleros. Los grandes personajes del Estado se disputan por aparecer junto a la actriz o al humorista de turno y se cae en esa moderna aldea trivial que todo lo homogeniza y lo aplana. La frivolidad y el entretenimiento, tienen, por supuesto, sus derechos, pero no justifican esta confusión en que los diputados se hacen comentaristas de fútbol y los comentaristas de fútbol están en un paso de convertirse en diputados.

Características del escenario global

Antes de entrar en cualquier análisis local del tema resulta fundamental entender que la sociedad chilena ha sufrido modificaciones acordes a la evolución que durante las últimas décadas ha experimentado el Estado.
Así, desde un Estado productor, planificador y controlador hemos derivado a un Estado comunicador, donde la autoridad central se ejerce primordialmente a través de la emisión de señales con capacidad persuasiva, no a través del dictado de órdenes o normas.
El uso de los símbolos es importante, pero para los gobiernos es vital la prensa, que se ha convertido en el medio por el cual el Estado puede comunicar las señales que quiere hacer llegar a sus diferentes audiencias.
Tal como explica Eugenio Tironi en uno de sus libros: La complejidad es paradójica, porque cuanto más independiente es la prensa del Estado, más credibilidad tendrán las señales que éste emita por su intermedio.
Por lo tanto, el Gobierno y por ende el poder político, depende cada vez más de un instrumento que no controla, ni puede controlar y que si lo hiciera perdería toda su eficacia.
¿Por qué es tan importante este argumento? Porque con la reducción del poder del estado, se pasa de un sistema unipolar a un sistema multipolar y este es un dato no menor, ya que un rasgo característico de la sociedad emergente es la fragmentación del poder, que se reparte entre diversos agentes locales.
Adicionalmente, tal como explicamos al principio, la Globalización incorpora una red de influencia y poderes que penetran a los países por las vías convencionales de comunicación, por los tratados de libre comercio, por los pactos multilaterales, por la diplomacia, etcétera.

Prensa y Poder en San Antonio

La realidad de los medios de comunicación en la Provincia de San Antonio no es muy distinta de lo que ocurre en la mayoría de las regiones del país, donde no todos los responsables de informar a la opinión pública, necesariamente han cursado estudios universitarios relativos al tema, con las predecibles consecuencias de una falla de esta naturaleza.
Pero más allá de la realidad que representan estos comunicadores colegiados en el oficio diario; acaso la obsecuencia que se respira en los medios locales hacia los centros de poder tiene que ver más con la necesidad de subsistir, que con una lucha de ideales.
En efecto, la relación económica que existe entre los medios y el escaso mercado local, obliga y cuando no subyuga al ejercicio del periodismo a asumir posturas tibias, ausentes de investigación, ajenas a la lógica interpretativa y los resultados lógicamente, son diarios copados de conferencias de prensa, entrevistas eternas, y shows disfrazados de noticieros.
Cuando no, el político de turno premiará con “aguinaldos” a sus empleados de la prensa para que el comentario sea empalagoso, la página sea impar, la editorial sea parcial y el tema en comento sea nada menos que un titular.
Y a decir verdad, la mayoría de los aquí presentes sabemos, que mientras el manejo de medios de comunicación siga siendo un negocio y la libertad de expresión no sea un tema para el Estado el escenario seguirá siendo más o menos el mismo.
Lo grave de esta situación es que esta forma de hacer periodismo deviene en un círculo vicioso que nos convierte a todos los trabajadores de la prensa en meros papagayos del diputado, en cajas de resonancia del gobernador, en micrófonos del alcalde, en el eco del concejal y en el brazo armado del gerente que ve en nosotros la posibilidad de dormir a la opinión pública con la presunta Responsabilidad Social de su empresa.
El mejor ejemplo de esto es la insólita situación que se dio hace poco tiempo cuando el diputado por este distrito, Carlos Hidalgo, ofreció dinero a varios periodistas de la zona para ser favorecido con información privilegiada desde el interior de los medios. La práctica de este parlamentario que fue por muchos de nosotros conocida hasta ahora no ha sido ni siquiera comentada, pese a la contundencia de los testimonios que emanaron desde los mismos locutorios y salas de redacción.
Es más, existe un ex diputado de la república que actualmente se desempeña como relacionador público de una empresa estatal gracias a la herencia que le fue legada por un amigo suyo que ahora es alcalde en una comuna de esta misma provincia y de eso tampoco hemos hablado, escrito o comentado.
Y si a esto sumamos la ausencia de políticas públicas preocupadas de generar instancias para el debate, el diálogo o la diversidad el resultado es la demoledora realidad que hoy en día enfrentan los medios locales de comunicación en San Antonio.
Con un diario que basa sus crónicas en presunciones, otro que copia la Editorial del Mercurio y la pega en sus propias páginas, una radio que alberga las prédicas de un personaje temido por los mediocres políticos de turno, un canal de televisión que ha hecho de los alumnos en práctica su plana mayor y tres o cuatro periodistas que todavía dudamos entre sumergirnos en el sistema o seguir viviendo de los aplausos.
Señores, yo no sé ustedes, pero con urgencia ofrezco asesorías de campaña, planes estratégicos, o lavados de imagen

Aquí está mi curriculum.

Muchas Gracias

San Antonio, 24 de junio de 2005